Organiza tus finanzas para hacerte más atractivo en el mercado laboral

Estás en el trabajo, sentado frente al monitor, rodeado de papeles y bolígrafos. A tu izquierda una pequeña planta que agradece ser de plástico o ya no estaría en este mundo. A tu derecha se abre espacio entre cientos de cables una taza de café que dice: “Hoy es un gran día”.

El sencillo escritorio donde pasas los días tecleando y atendiendo el teléfono parece quedarte pequeño. Esto no es solo por los kilos que has ganado desde que saliste de la universidad o por las carpetas, calendarios, calculadoras y otros objetos  que te rodean.

En ese mismo espacio se encierran sueños y metas por cumplir, por lo que sigues pensando en que fuera de esa oficina hay mucho más.

Sin duda, tienes la posibilidad de halar el cesto de la basura en tu dirección, pasar el brazo sobre el escritorio como una barredora y botar todo en un santiamén; pero esta acción probablemente genere que te pongan de patitas en la calle.

Lo mejor que puedes hacer es organizar tus finanzas y comenzar a ocuparte de algunos detalles que te permitirán crecer profesionalmente y ser más atractivo en el mercado de trabajo.

A continuación encontrarás algunas acciones sencillas que no implican gastar demasiado y que mejorarán significativamente algunos aspectos de tu vida laboral.

Comienza por lo más sencillo

Lo primero que debes hacer es organizar ese escritorio donde pasas una parte importante de tu vida frente a un computador.

Abre un espacio en tu agenda para que te dediques a esta tarea o, si afecta demasiado el cumplimiento de tus objetivos, quédate después del horario de salida un par de días.

Clasifica todos los objetos en 3 grandes grupos: lo que usas a diario, lo que podrías necesitar y lo que puedes regalar, reciclar o botar. Toma todo lo que hayas dejado en el tercer grupo y deshazte de ello.

Organiza de nuevo. Nadie mejor que tú sabrá cómo debes colocar los objetos que integran tu cotidianidad.

Invierte en tu imagen

Lo que proyectas influye directamente en cómo te toman en cuenta en tu lugar de trabajo. Los expertos afirman que una persona con buena imagen tiene mayor probabilidad de ser considerado para nuevas oportunidades en una empresa o ingresar en un nuevo equipo de trabajo.

Primero analiza tu presupuesto mensual. Revisa tus ingresos y tus gastos. Es un buen momento para controlar aquellos gastos superfluos, considera que ahora tienes que hacer una inversión en el mejoramiento de tu imagen, que en un futuro cercano se traducirá en una mejora sustancial de tus ingresos.

Organiza tu armario

Si existe un código de vestimenta en tu lugar de trabajo evalúa si lo estás cumpliendo y cómo comenzar a hacerlo en caso que no sea así.

Revisa tu armario y organiza también la ropa por grupos. En este caso debes darle un nuevo enfoque, identificando en primer lugar aquellas piezas que podrías utilizar para asistir a tu oficina.

Deshazte de todo lo que no utilices, bien sea en donación o venta. Una buena práctica es que vendas en mercados de segunda mano las piezas que ya no utilices, esto te proporcionará ingresos adicionales que podrás invertir en ropa nueva.

Prueba nuevas combinaciones y tenlas en mente en el futuro. Es muy probable que tengas buenas ideas sobre cómo combinar tu ropa si tienes una visión amplia de lo que hay en tu armario.

Es una buena práctica preparar tu atuendo la noche anterior.

Consigue ropa nueva

Considera en tu presupuesto un gasto adicional en prendas de vestir y sustituye la ropa que tengas en mal estado. Verás la rentabilidad de esta inversión en el futuro.

Con tan solo adquirir algunas piezas como pantalones o trajes de colores neutros que puedes combinar con lo que ya tienes, mejorará significativamente tu imagen. Recuerda comprar piezas de calidad, a veces es mejor gastar un poco más pero con la garantía que serán piezas duraderas.

Una buena recomendación es que esperes cambios de temporada o promociones en las tiendas para obtener descuentos especiales y ahorrar algo de dinero. Aprovecha cualquier oportunidad que encuentres y utiliza un préstamo rápido en 10 minutos para no dejarla pasar.

A pesar de ser necesario, debes renovar tu ropa de forma controlada, comprando solo lo que necesites y tenga un precio acorde a tus ingresos. El hecho que cuides cómo luce tu ropa transmite que eres una persona responsable y ordenada.

Arregla tu cabello y rostro

Aunque podría parecer algo superficial, es importante dedicar una parte de tu presupuesto personal al cuidado y mantenimiento de tu cabello. Una persona  que tiene el cabello arreglado transmite seguridad y proyecta una buena imagen.

No necesariamente debes hacerte un cambio de peinado o corte complicado, con mantenerlo limpio, peinado y acomodado darás una mejor impresión y evitarás verte descuidado.

En cuanto al rostro, los caballeros deben mantener el rostro limpio y en caso de tener barba deben cuidarla y mantenerla de manera de proyectar pulcritud. Las damas pueden acudir al maquillaje para corregir imperfecciones y lucir mejor.

Piensa cómo te sientes cuando te arreglas para ir de fiesta o vas a asistir a un evento importante, probablemente te mires al espejo y veas que luces muy bien. Eso es lo que se quiere lograr en tu día a día.

Invierte en tu formación

Aunque el ajetreo diario no te permita siquiera pensar en hacer algo más, es hora que comiences a evaluar qué puedes reforzar en tus conocimientos o en qué nuevo campo quieres incursionar.

Inscribirse en algún curso, taller o programa de estudio tiene un sinfín de beneficios, por lo cual es muy recomendable que le asignes un espacio en el presupuesto familiar.

También puedes solicitar financiamiento e ir pagando poco a poco por tu formación, recuerda que esto será una inversión porque aspiras que en el mediano plazo se vea una mejora sustancial en tus ingresos.

Tendrás mayor conocimiento sobre algunos temas específicos lo cual te dará ventajas sobre tus competidores y compañeros de trabajo al momento de aplicar a alguna vacante.

Así mismo, te servirá para relacionarte con nuevas personas y tendrás una red de contactos más amplia, lo cual se convertirá en un número mayor de puertas que podrás tocar llegado el momento de buscar un nuevo empleo.

Aplicaste estas recomendaciones y ahora te miran diferente en tu oficina. Con organización y algunas acciones, has logrado que en poco tiempo el panorama haya cambiado.

Ahora tienes un mejor puesto, tus ingresos han aumentado, el escritorio es casi el doble de grande y te has ganado el respeto y la admiración de muchas personas.

Dejas de teclear por un minuto y miras por la ventana mientras bebes un sorbo de café. Devuelves la mirada y leer el mensaje de la taza finalmente tiene sentido: “Hoy es un gran día”.