Los 4 Arrepentimientos Más Frecuentes en las Finanzas

A lo largo de la vida nos vamos a enfrentar a situaciones financieras en las que debemos tomar decisiones, unas más rápidamente que otras, unas más complejas que otras, y unas más trascendentales que otras. Es inevitable no cometer errores, pero, de cualquier manera, todas estas circunstancias van a ayudarnos a aportar experiencia, a moldear nuestro futuro y a determinar el tamaño de nuestro éxito.

Algunas personas catalogan de “arrepentimiento” no haber ahorrado para el retiro, no elegir una casa qué comprar, o incluso, no haber organizado la boda de sus sueños. Por lo general, eso será por lo que la mayoría de las personas reconocerá que se arrepiente y desearía poder retroceder el tiempo para hacer las cosas diferentes. Sin embargo, hay muchos más en la lista.

Basado en encuestas y en la opinión de otros expertos, la mayor cantidad de errores tienden a cometerse a temprana edad, cuando apenas estamos comenzando a independizarnos, cuando todavía queda un poco (o mucho) de inmadurez, inexperiencia y la inocencia nos vuelve sumamente vulnerables. Los 20 son edades clave en las que decidir no formarse académicamente es un error garrafal y pasará factura inevitablemente. Es un error demasiado frecuente y lamentable. Además, puede que decidamos estudiar algo que no es de nuestro agrado, o de lo que no se está convencido. Por otro lado, algunos deciden endeudarse al comprar una casa a tan temprana edad, o en un momento inoportuno, y más recurrente aún: gastar demasiado dinero en cosas improductivas y banales.

La carencia de educación financiera en el hogar y a temprana edad en el colegio penaliza duramente nuestro crecimiento sólido y saludable en las finanzas. En consecuencia, las personas jóvenes en contadas ocasiones se ocupan en diseñar un plan para el futuro, y a veces, cuando sí lo planifican, termina dando como resultado algo que ni siquiera se esperaban.

No todos los arrepentimientos están al mismo nivel, unos, por desgracia, son mucho peores que otros, pero te dejaré una lista con algunos de los más frecuentes y lamentables:

1. Desconsiderar un seguro de vida

Si hay un evento natural que provoca dolor e inestabilidad en un núcleo familiar, es la muerte de uno de sus miembros. La carga, el desespero y el golpe se eleva a un exponente alto cuando el difunto no contaba con un seguro de vida, ahora el golpe financiero es tremendo. De inmediato la sensación de arrepentimiento es inminente.

Por más que sea un gasto adicional pagar el seguro, jamás debe considerarse como un gasto absurdo o innecesario, porque la muerte siempre llega cuando menos lo esperamos. Vale, por lo menos, estar preparados con un seguro de vida que no haga tambalear la estabilidad financiera que hayamos logrado construir.

2. Empezar a ahorrar demasiado tarde

Probablemente, sea de lo más que escuchemos en la vida, tal vez sea el contenido más repetido en todas las páginas de internet o quizás sea el sermón o consejo que más escuchamos de boca de nuestros padres. Si está por todas partes, no es posible que sea una broma, y no lo es. Ahorrar para el futuro no es una cuestión de juego, no es un tema de puro afán. Pero algunos desconsideran o ignoran este principio tan básico y las consecuencias a largo plazo son lamentables en toda la regla. Cuando se escucha el arrepentimiento, es demasiado tarde.

Mientras más temprano comiences a apartar dinero para el retiro, de manera disciplinada, responsable y constante, mientras más largo sea el camino por recorrer, mucho más dinero serás capaz de guardar para la edad en la que nos volvemos menos productivos. Y cito las palabras de Nathan Whitley “el dolor del arrepentimiento es mucho peor que el dolor de la disciplina…”

3. No adquirir los preceptos de las finanzas personales a temprana edad

Son los primeros años de nuestra vida en la que ponemos las bases para el futuro, pero lamentablemente, es una etapa de inmadurez en la que es fácil distraerse y menospreciar el valor del aprendizaje, que poco o mucho tiempo más adelante nos pasará una factura muy costosa.

Si hay un lamento, es no aprender desde que estamos en el colegio sobre finanzas personales, cómo administrar el capital, cómo invertir, ahorrar, gastar, entre otros. Un gran ejemplo lo tenemos con los préstamos universitarios con los que los estudiantes pasan años más tarde pagando dicho préstamo.

Si bien, en la actualidad hay muchísimas posibilidades y herramientas para salir de un apuro, por ejemplo, recurriendo a los prestamistas en todo México, o a los créditos en línea, muchos no saben lidiar con las cuotas para pagar de vuelta y terminan complicándose todavía más.

4. Seguro de inmuebles

Existe una gran inversión en nuestro hogar, más allá de la estructura que lo conforma, también están los electrodomésticos, que no son nada económicos, por cierto. Cada uno de ellos ha representado trabajo y esfuerzo para juntar el dinero y comprarlos. Lamentablemente, algunos se descomponen, como es normal. Sin embargo, pareciera que contaran con algún sensor especial que capaz de percibir cuándo es el momento más inoportuno para dañarse, de este modo poder perjudicarnos un poquito más.

El precio para reemplazar alguno de ellos, digamos el refrigerador, el termostato o el calentador de agua es elevado, todos lo sabemos, y por lo general, requiere más dinero de lo que, inclusive, tenemos disponible en la cuenta de ahorros. Sin un seguro de inmuebles, esta es un verdadero problema porque no es posible evitar asumir una nueva deuda con una tarjeta de crédito o con algún préstamo por internet o de cualquier modalidad. ¡Cómo deseamos tener un seguro en ese momento!

Conclusión

Como dije al principio, los errores se van a cometer y difícilmente no tengamos un motivo para arrepentirnos más adelante. Pero los arrepentimientos tienen niveles, y desde luego, la idea es no cometer los errores que nos conduzcan al peor arrepentimiento de todos. Se requiere disciplina, constancia y esfuerzo, pero al final los resultados valen la pena por completo. El objetivo es el éxito y transmitirles los conocimientos y experiencias a nuestros hijos y ser de ejemplo.