Di “no” a los créditos

Hoy en día el consumismo es una parte importante de nuestras vidas, las redes sociales, la mercadotecnia, toda la publicidad que vemos día con día en todos lados nos tiene al borde.

“O compras o estás fuera” es lo que las grandes marcas nos están intentando hacer creer, sin embargo, esto no es del todo cierto, piénsalo bien, comprar un par de zapatos que exceden tus posibilidades, eso sí te podría dejar arruinado.

Lo hemos hablado muchas veces, lo hemos escuchado de nuestros padres, amigos, de todas las personas que han pasado por esto y nosotros simplemente no queremos escuchar, pensamos que somos más inteligentes y que jamás nos pasará.

Pero ¿será que tantas personas pueden estar equivocadas? No, esto se trata de experiencia y créeme, el banco tiene mucho más de eso que tú. Sin importar esto, nos hacemos los valientes y decidimos adjudicarnos un compromiso al que nadie nos obligó y tal vez esto sea más entendible cuando se trata de una emergencia médica o algo similar, pero jamás, jamás por un problema financiero o para poder satisfacer gustos que salen de nuestras posibilidades.

Muchas personas cometen el grave error de solicitar créditos o préstamos en Internet cuando están atravesando una crisis económica, y déjame decirte que no hay peor error que este. Un crédito a la larga se convertirá en un problema financiero, así que ¿arreglar un problema con otro problema que será aún más grande? No suena tan bien ¿o, sí?

Te explico, tienes problemas de dinero por tal o cual situación, necesitas dinero para cubrir ciertos gastos así que recurres a un préstamo, el cual estás seguro pagarás tan pronto te estabilices, sin embargo, un crédito pasa de ser un ingreso una sola vez a ser un gasto recurrente, lo que hace que esa “estabilización” se aplace.

Velo así ¿comprarías un automóvil cuando tienes problemas financieros que te impiden cubrir tus gastos? Lógicamente no, pues es un gasto adicional y de por sí no puedes con los que ya tienes, es lo mismo, tal cual, sólo que tal vez, y eso dependería de muchos factores, el préstamo sea un poco más barato que un coche.

Otro error sería solicitar un préstamo para comprar cosas que no podrías comprar de otra manera, o que tendrías que ahorrar durante un tiempo para poder hacerlo, créelo o no, y por más fuerza de voluntad pienses tener, esto se vuelve una especie de obsesión, las cosas se hacen de cierta manera fáciles y dejamos de pensar en las consecuencias por un tiempo, hasta que volteamos y vemos el tamaño de la deuda que hemos creado y es que si tienes la voluntad suficiente ¿por qué no ahorras para comprarte aquello que tanto anhelas o necesitas?

Ahora, los créditos no son del todo malos, simplemente no deben usarse para todo y hay que encontrarles el modo.

Un crédito para un coche o una casa es algo sensato, siempre y cuando tus ingresos te den lo suficiente para cubrir todos tus gastos y tener al menos una cuenta de ahorro destinada a emergencias y otra a tu retiro. Tal vez pienses que es demasiado y que no tienes por qué preocuparte por tu futuro, pero eso es exactamente lo que tienes que hacer, planificar, no querrás que cuando seas mayor, el dinero de tu pensión sea para pagar tus deudas.

Tranquilo, no estamos diciendo que no puedes comprarte nada nunca, jamás, en la vida, para eso trabajas y qué triste sería que todo tu dinero se fuera al banco y nunca lo disfrutaras, pero hay que ser responsables, hay que saber que si vas a hacer un gasto esto puede tener una consecuencia.

¿Qué pasa si usas tu tarjeta de crédito para comprar ese reloj que tanto te gustó y un par de días después se descompone tu carro? Por no mencionar cosas peores que puedan pasar, no tendrás como resolverlo porque acabas de topar tu tarjeta.

Así que, si quieres usar una tarjeta de crédito o solicitar un préstamo, ahí te van unos consejos que tal vez puedan ahorrarte algunos problemas:

No topes tu tarjeta:

No llegues al límite de tu tarjeta de crédito, nunca sabes cuando realmente podrías usar el dinero, además de que, al toparla, los intereses harán que esta se sobregire, lo que podría dejarte una mancha muy grande en tu historial crediticio.

No pagues el 100% con tu tarjeta o con un crédito:

Si vas a usar algún préstamo, no dependas al 100% de quien te dará el dinero, es como comprar una casa o un coche sin un enganche, tardarás mucho más tiempo en pagar además de que los intereses que tendrás que dar serán excesivos.

Un ejemplo es que, si solicitas un financiamiento educativo, paga un porcentaje, al menos el 50% tú y deja que la financiera se encargue del resto, así resultará un poco más sencillo terminar de pagar el préstamo.

Nunca des el mínimo:

Probablemente lo peor que puedes hacer al pagar un crédito es dar el pago mínimo, dar esta cantidad no hará más que incrementar tu deuda mientras tú piensas que estás pagando y que el monto disminuye, hasta que un día te llega un estado de cuenta y notas que ahora debes incluso más que antes.

Procura siempre dar, por lo menos el 20% más del pago mínimo de tu préstamo, aunque si es posible dar más, adelante, así podrás liquidar tu deuda en mucho menos tiempo, en verdad menos del que te imaginas. Y recuerda, menos tiempo, implica menos intereses.

Investiga, haz todas las preguntas que debas antes de solicitar un crédito, pero para ser honestos, si puedes evitarlo, hazlo, comienza la buena práctica de ahorrar y ponle meta a cada uno de tus ahorros, por ejemplo.

  • Ahorro para emergencias: $XXX, Permanente.
  • Ahorro para el retiro: $XXXX, Permanente.
  • Ahorro para enganche de casa: $XXXX 12 meses.
  • Ahorro para muebles: $XXX 6 meses.
  • Ahorro para bolso. $XXX 3 meses.

Haz una tabla, monitoréate y vive una vida tranquila y sin deudas.