Planeación y Orden: Los 6 Consejos para Mejorar las Finanzas Personales

¿Cuántas veces nos hemos culpado por gastar dinero de más? ¿Cuántas veces hemos planeado una y otra vez lo que al final termina por convertirse en un derroche de nuestros ingresos? ¿Qué podemos hacer? El manejo de las finanzas personales no es un tema sencillo. Lograr pagar las cuentas, ahorrar, cumplir con los compromisos sorpresa y llegar a fin de mes con algo en el bolsillo parece una tarea agotadora –además de imposible-.

Sin embargo, es necesario respirar. Existen herramientas útiles y sencillas para lograr planificarnos y organizarnos, unas que cambiarán por completo nuestro sentido del manejo de dinero y que nos permitirán alcanzar metas financieras que nunca habían sido consideradas como posibles. No se trata de cantidad sino de calidad, por lo que verás cómo podremos hacer mucho con lo que te ofrecemos a continuación

¡Necesito asesoría!

Lo primero que debemos realizar es un examen exhaustivo de nuestras finanzas personales. ¿En qué estamos gastando? ¿Gastamos más de lo que ganamos? ¿Dejamos suficiente para un fondo de ahorro cada mes? Sentarse en modo revisión ayudará a tener un panorama mucho más claro del manejo de nuestro dinero.

Por otro lado, es importante contar con una visión objetiva que pueda indicarnos qué estamos haciendo bien y qué no. Un contador o asesor financiero profesional podría ordenar nuestro sistema de planeación y darnos herramientas concretas para nuestro caso en particular. Si bien puede parecer contradictorio pagar por un servicio de asesoría mientras intentamos recortar gastos, es realmente una inversión que tendrá beneficios a corto plazo.

Es momento de hacer un plan

Ya cuando conocemos a fondo nuestros ingresos netos y cómo los empleamos cada mes, el siguiente paso es la elaboración de un plan a corto plazo. Mediante este plan controlaremos cuánto estamos gastando de lo que percibimos y cómo podemos destinar nuestro dinero a opciones más fructíferas para nuestra economía personal.

Lo primero es realizar una lista de los gastos fijos e imprescindibles y establecer un orden por nivel de importancia. Renta, comida, gasolina y transporte, servicios. Se enlista todo lo que no debe dejarse de pagar por ningún concepto.

Tener estipulados los gastos primarios permitirá establecer una mejor relación con los secundarios o de los que se puede prescindir. Es común que descubramos que gastamos mucho dinero en cosas no necesarias y con esta conciencia, podemos prescindir de ellas sin mayor peso.

Deuda buena y deuda mala

Todos tenemos deudas, grandes o pequeñas, que nos permiten adquirir bienes para un mejor futuro. Sin embargo las deudas dependen de tres factores; la necesidad del bien a adquirir, la cantidad de dinero a deber en relación a nuestros ingresos y el momento de endeudarse. No resulta una deuda mala por sí misma hasta que afecte nuestro rendimiento a fin de mes y a largo plazo.

La deuda buena es la que vale la pena adquirir. Resultan de créditos hipotecarios, préstamos para compra de autos o préstamos fáciles por internet para equipamiento de una casa. Si resulta una inversión a mediano o largo plazo, es una deuda buena. La deuda mala proviene de un préstamo para bienes innecesarios o que sirva para el pago de otra deuda pendiente. Si necesitamos el bien, podemos con la responsabilidad de cada pago y es un buen momento personal, vale la pena endeudarse.

Evitar los gastos hormiga

Otra herramienta imprescindible al momento de rendir el dinero que tan arduamente nos ganamos es reducir los gastos pequeños, pero que desangran nuestras finanzas. Nuestras rutinas determinan en gran medida lo que podemos gastar y son los gastos que pasan desapercibidos en el día a día los que más peso tienen, paradójicamente.

El café de las 5pm en Starbucks, el cigarrillo de la mañana tras el desayuno y el postre de tu dulcería favorita cada tarde son gastos que pueden desangrar una planificación mensual. Lo mejor es, primero, añadirlos a la relación de gastos para conocer realmente cuánto dinero gastamos en estos “antojitos”. Lo segundo sería recortarlos al buscar alternativas más económicas y saludables. Reducir el consumo de cigarrillo, llevar tu propio de café desde casa o consumir frutas que también lleves desde casa y así comer mejor.

¡Usar al momento de una emergencia!

Las contingencias pasan, sin discriminar momentos malos o buenos. Es imprescindible mantener un fondo de ahorro para cualquier situación que requiera un gasto considerable y que debe ser cubierto al momento, de este modo no nos desequilibramos si no contamos con mucha fluidez de efectivo en dicho momento. Falla de tu auto, el tratamiento de un hijo enfermo o una tubería rota en casa; todo puede aparecer en el peor momento y no esperará tu equilibrio para suceder.

Si bien el monto de ese fondo de ahorro dependerá de la cantidad de ingresos de cada persona –además del estilo de vida que lleve- siempre se recomienda mantener un mes completo de salario por la medida chica. Saber que si algo pasa puede ser resuelto en el momento, dejará el espacio para que destines dinero mensualmente para otras actividades o proyectos.

Autocontrol y proyección a futuro

Todo se encuentra dentro de nuestra cabeza. La disposición que tengamos para llevar a cabo un proyecto depende de nuestro empuje y motivación, como también de nuestro autocontrol. El modo principal de auto controlarse con los gastos es pensar en el cuadro grande, eso que queremos alcanzar y que sólo llegará si contamos con el capital financiero suficiente.

¿Quieres comprar algo ya? ¡Aguanta un día! Gran parte de los impulsos para gastar suelen ser una necesidad del momento, irreal. Si hay algo que desees adquirir, espera un día que logres pensar con cabeza fría y determinar si realmente lo necesitas. Muchos de nuestros gastos resultan de impulsos que más adelante resultan infructuosos contra nuestros planes a largo plazo.

Planeación, organización y proyección a futuro. Si quieres mantener un fuerte financiero sólido y cumplir tus sueños a largo plazo, el equilibrio de tus finanzas personales será la base sólida para el alcance de todos ellos.