Uno de los deseos personales más comunes es la Libertad Financiera. ¿Y en qué consiste? Pues, básicamente la Libertad Financiera es la independencia económica que se consigue cuando se encuentra una fuente de ingresos que nos permite mantener nuestro nivel de vida, sin que llevar acabo la misma suponga un sacrificio.

En resumen: mientras tu trabajo signifique un sacrificio nunca serás libre financieramente. Y es que cuando dependes de tu salario para vivir, muchos deseos se quedan al margen.

De ahí se extrae que muchas personas relacionen la libertad financiera con poseer una fuente de ingresos propios. Y sí, podría tener mucho que ver, aunque no del todo, ya que hay gente que es feliz con su trabajo asalariado, y aparte se asegura fuentes extraordinarias de dinero que le suponen ingresos sin esfuerzos. Incluso, hay gente tan feliz con su trabajo de asalariado que está dispuesto a hacerlo casi gratuitamente ya que sus fuentes de ingresos propias le suponen más dinero, pero la motivación de su trabajo asalariado es necesaria para su felicidad.

Por lo que la Libertad Financiera podría ser la independencia económica y mental de toda fuente de ingresos que no sea una propia. ¿Complicado? Para nada. Muchas personas famosas por poseer millones y millones en dinero y propiedades tienen por filosofía 2 ideas:

• Hacer lo que realmente les gusta.
• Hacer que su dinero trabaje para ellos.

Y estas ideas son las bases para forjar ciertos hábitos que nos irán haciendo camino poco a poco hacia la independencia económica y emocional en relación a nuestros ingresos.

Un hábito es una acción continua y repetida con la frecuencia suficiente para que el cerebro la asimile y la automatice al cabo de cierto tiempo. Es decir, que lleguemos a sentirnos incómodos cuando no hagamos algo.

Los hábitos más comunes de la gente con Libertad Financiera son:

1. Mantenerse en una meta: analiza para qué quieres ser libre financieramente: pasar más tiempo con tus hijos, dedicarte a hacer lo que te gusta, explotar un talento escondido, etc. Una vez lo tengas claro céntrate en ello como faro guía para que recuerdes cada mañana tu objetivo.
2. Ahorra: ahorrar no solo significa juntar dinero para un propósito, también significa economizar y optimizar. Así que en este punto debes destinar una cantidad mensual al ahorro y revisar tu consumo de energía e insumos en casa: arregla fugas de energía, agua y analiza si tiras mucha comida que no llegas a consumir. Te sorprenderás de lo mucho que has ahorrado al cabo de un año.
3. Limpia tus deudas malas y adquiere deudas buenas: las deudas malas son aquellas que contraemos para cosas que no nos van a proporcionar más que un placer pasajero: caprichos, compromisos sociales, etc. Si bien una vida sin caprichos es muy triste, debemos procurar satisfacerlos con dinero propio y no adquiriendo deudas para ello. Las deudas buenas son aquellas que contraemos con el fin de obtener un beneficio que más adelante se convierta en dinero: créditos para estudios y formación, préstamos en línea sin buró para iniciar un pequeño negocio, una línea de crédito para iniciar una tienda online o alguno de los préstamos rápidos en línea para ir adquiriendo calificación crediticia.
4. Asegúrate Ingresos Pasivos: los ingresos pasivos son todas las entradas de dinero que no requieren la inversión de tu tiempo a cambio. Por ejemplo: intereses bancarios, dividendos de inversiones, rentas mobiliarias o inmobiliarias, regalías, royalties, etc. Así que, si tu casa es muy grande para ti, puedes mudarte a una más pequeña y alquilar la tuya propia, o si tienes algún garaje sin usar puedes igualmente alquilarlo. Estudia las opciones para poder invertir tu dinero en depósitos con rentabilidad.
5. Fórmate en el dinero. Si quieres producir dinero debes aprender todo lo necesario en torno a él. No queremos decir que te conviertas en Máster Financiero, pero te sorprendería saber que mucha gente que desea hacerse rica no sabe lo que es una tasa de interés, o un ingreso o un gasto. Así que cuanto mejor te formes, mejor conocerás el mercado y mejor sabrás poner a trabajar tu dinero.