Controla tus gastos y mejora tu vida

Gastar: ¡cuánto miedo produce esa palabra! Sobre todo, a quienes se saben débiles ante las compras, los gastos y el dinero.

Los esfuerzos educativos de incorporar la educación financiera en las asignaturas escolares son bastante recientes. Hoy día la mayoría de las personas desconocen los conceptos básicos como gasto, ingreso y ahorro, y además son incapaces de leer y comprender:

No le echaremos toda la culpa al sistema. Si estás leyendo este post es porque de verdad te interesa poner en orden tu salud financiera. Lo que queremos dejar claro es que: no nos han enseñado a desenvolvernos con temas de dinero y gastos. Pero ahora, que sabemos dónde está el fallo, podemos intentar organizar ciertas acciones para convertirlas en hábitos.

Un hábito es la mejor manera de automatizar nuestro cerebro, nuestro subconsciente. Cuando algo se hace repetidas veces, nuestro cerebro lo asimila y lo automatiza, de manera que llega un momento en que es parte de nuestro día a día y no nos supone un esfuerzo extraordinario realizarlo.

Aquí dejamos una serie de consejos para iniciarnos en los buenos hábitos del ahorro y la salud financiera. Es recomendable empezar poco a poco a incluirlos en nuestra vida, para que la adaptación, que requiere cierto sacrificio, no nos haga rebotar y volver de nuevo al derroche o la desorganización:

  1. Registra todos tus gastos e ingresos: Toma lápiz y papel o una hoja Excel y registra a diario tus gastos e ingresos durante un mes. Esto te permitirá saber con cuánto dinero cuentas, la frecuencia con la que lo recibes, tus gastos básicos y tus gastos opcionales, tu capacidad de endeudamiento y tus posibilidades de ahorro. Te sorprenderá lo que vas a descubrir.
  2. Determina un presupuesto: Una vez que hayas hecho a conciencia tu auto examen financiero, establécete un presupuesto para cada una de las siguientes categorías: casa (alquiler o hipoteca), compra de comida, servicios (facturas de luz, gas, teléfono), transporte (gasolina o billetes de transporte público) y otros (ropa, imprevistos, ocio). Cíñete al presupuesto lo más que puedas.
  3. Sigue la regla de oro en relación a las proporciones de gasto: 50% para las necesidades, 20% para ahorrar y 30% para caprichos, ocio o imprevistos.
  4. Controla los gastos impulsivos: o bien te asignas un presupuesto muy pequeño para ocio y caprichos o bien los suprimes del todo y esa cantidad de dinero la sumas a la del ahorro o la dedicas a amortizar cualquier deuda pendiente.
  5. Elimina deudas o al menos las que mantengas que sean para producir a futuro: naturalmente todos queremos terminar de pagar el departamento o el auto que sacamos a crédito, pero aparte de esos dos gastos enormes que debemos asumir por períodos largos de tiempo, cualquier otra deuda financiada debe intentar liquidarse cuanto antes. Una deuda adquirida con préstamos inmediatos cuyo dinero hayas usado para pagar un capricho, una oportunidad o un regalo debe liquidarse en pocos meses. Consulta las condiciones de tu préstamo con tu financiera para averiguar si puedes amortizarlo antes del tiempo acordado sin incurrir en multas o sanciones.
  6. Revisa las fuentes de energía de tu casa y asegúrate de no estar consumiendo servicios de más. Una tubería con goteo puede significar hasta 20% más de consumo de agua y en consecuencia de dinero.
  7. Paga las facturas inmediatamente. Puedes domiciliar tus recibos para que se carguen en tu cuenta un día en concreto y así no tener excusa de falta de tiempo para ir a pagarlo.
  8. También haz el ahorro automático. Programa tu cuenta bancaria para que el primer pago del mes sea un importe X que hayas destinado al ahorro en una segunda cuenta también a tu nombre.

Incluye estos hábitos poco a poco en tu vida y ganarás libertad económica y mental, lo que aumentará significativamente la alegría con que miras el día a día.